Si alguna vez me hubieses preguntado qué es lo que más me enamora de mi tierra, te diría que son sus playas. Y no lo digo porque soy de aquí, sino porque aquí la naturaleza se esmera en pintar paisajes que parecen sacados de una Postal: aguas color esmeralda, arena tan fina que cruje bajo los pies y una brisa atlántica que te llena los pulmones de vida.
En este rincón del noroeste de España, en la provincia de Pontevedra y parte de A Coruña, las Rías Baixas guardan algunas de las mejores playas de Galicia y de toda Europa. Muchas de ellas son casi secretas, escondidas entre pinares y acantilados, lejos del bullicio y con ese aroma a sal y eucalipto que solo quien ha caminado por estas costas puede reconocer.
Hoy te voy a llevar de la mano por un recorrido muy especial: las mejores playas de las Rías Baixas vistas desde los ojos de alguien que creció entre ellas. Prepárate para descubrir desde las icónicas islas Cíes hasta calas diminutas donde solo se escucha el rumor del mar.
¿Por qué las playas de las Rías Baixas son tan especiales?
Antes de empezar, déjame contarte por qué nuestras playas son únicas. La costa gallega es recortada y caprichosa: rías profundas que se adentran en la tierra, acantilados, dunas móviles y bosques que llegan casi hasta el mar.
Las Rías Baixas, en concreto, comprenden las rías de Vigo, Pontevedra, Arousa y Muros-Noia, y cada una tiene personalidad propia:
- Ría de Vigo: Hogar de las famosas islas Cíes y playas urbanas con vida marinera.
- Ría de Pontevedra: Playas familiares y aguas tranquilas, ideales para nadar y practicar deportes acuáticos.
- Ría de Arousa: La más extensa, con arenales infinitos y gastronomía de marisco legendaria.
- Ría de Muros-Noia: Más salvaje y menos masificada, perfecta si buscas desconexión total.
A todo esto súmale el microclima del sur de Galicia: más horas de sol y temperaturas suaves que el resto de la costa atlántica, algo que convierte a estas playas en un destino ideal para el verano… y para escapadas en cualquier estación.
Las playas más impresionantes de las Rías Baixas
Voy a contarte una a una las que, para mí y para muchos locales, son las joyas imprescindibles. No están todas las que son (porque sería imposible), pero sí las que te harán enamorarte del Atlántico gallego.
1. Playa de Rodas (Islas Cíes, Vigo)
Si buscas la mejor playa del mundo —y no lo digo yo, lo dijo The Guardian—, esta es tu parada obligatoria. Rodas es la playa más famosa de las Cíes, ese pequeño paraíso que forma parte del Parque Nacional Marítimo-Terrestre de las Islas Atlánticas.
Imagina un arco perfecto de arena blanca y aguas transparentes que une las islas Monteagudo y Faro. Desde el barco ya se ve el contraste del turquesa del mar con el verde intenso del pinar que la rodea. El agua está fría, sí, pero créeme: en cuanto te atreves a sumergirte, el frescor se siente como un abrazo revitalizante.
Consejo: Lleva calzado cómodo para caminar hasta el mirador del Alto do Príncipe, desde donde tendrás una de las panorámicas más espectaculares de Galicia. Y recuerda que el acceso a las Cíes es limitado; reserva tu plaza de barco y permiso con antelación.

2. Playa de A Lanzada (O Grove – Sanxenxo)
La Lanzada no necesita presentación: kilómetros de arena fina y olas infinitas que han visto pasar generaciones de surfistas, paseantes y veraneantes. Es una playa abierta al océano, con ese aroma salvaje que solo tienen las playas vírgenes.
Aquí las puestas de sol son de otro planeta: el sol se hunde en el Atlántico tiñendo el cielo de naranjas y rosas mientras las gaviotas vuelan bajo. No hay sensación más gallega que caminar descalzo al atardecer por su orilla, con el murmullo del viento y las olas como banda sonora.
3. Playa de Samil (Vigo)
Samil es la playa urbana por excelencia de Vigo, y para quienes vivimos aquí es casi como el salón de casa en verano. Tres kilómetros de paseo marítimo, vistas a las islas Cíes y ambiente familiar. Es perfecta si buscas comodidades: restaurantes, chiringuitos, zonas verdes y hasta piscinas públicas junto al arenal.
Consejo: Aunque sea urbana, camina hacia su extremo más natural, junto al río Lagares, la playa se vuelve más tranquila y salvaje.
4. Playa de Areas (Sanxenxo)
En la ría de Pontevedra hay playas preciosas, pero Areas tiene un encanto especial. Es acogedora, de aguas tranquilas y muy popular entre familias. La arena es blanca, el oleaje moderado y, desde aquí, las vistas al puerto de Sanxenxo son preciosas.
Consejo: Ven en primavera o a primera hora del verano para disfrutarla casi en solitario. El agua ya empieza a estar más templada y el ambiente es mucho más relajado.
5. Playa de Barra (Cangas)
Barra es diferente: una playa nudista y salvaje dentro del Espacio Natural de Cabo Home. Aquí las dunas se mezclan con pinares y el horizonte se abre hacia las Cíes. Es una playa para quienes buscan tranquilidad absoluta y un contacto más íntimo con la naturaleza.
Consejo: Lleva agua y algo de comida: no hay servicios cerca, y esa es precisamente su magia.
6. Playa de Melide (Cabo Home)
Muy cerquita de Barra se encuentra Melide, otra joya poco masificada. El faro de Cabo Home vigila esta playa de aguas claras y arena dorada, donde se respira paz en cada rincón.
Consejo: Sube al faro al atardecer la vista de las Cíes y del Atlántico abierto es de las más impresionantes que verás en Galicia.
7. Playa de O Vao (Vigo)
Más tranquila que Samil pero igual de bonita, O Vao es famosa por sus aguas cristalinas y su entorno natural. Frente a ella está la isla de Toralla, un islote privado que añade un toque pintoresco al paisaje.
Consejo: Camina hacia Canido, un rincón marinero lleno de barquitas de colores donde puedes comer marisco fresquísimo.
8. Playa de Castiñeiras (Cangas)
Una cala pequeña, escondida entre pinares, con aguas tan transparentes que parecen una piscina natural. Es ideal si buscas una experiencia más íntima y alejada del turismo masivo.
9. Playa de Corrubedo (Ribeira)
En la ría de Arousa, el Parque Natural de Corrubedo es famoso por sus dunas móviles y su paisaje casi desértico. Su playa principal es kilométrica y salvaje, perfecta para largos paseos y para sentir el poder del océano Atlántico.
Consejo: Respeta el entorno: es un espacio protegido y parte de su encanto es su estado natural intacto.
10. Playa de Arealonga (O Vicedo)
Aunque técnicamente ya rozando el límite norte de las Rías Baixas, Arealonga merece mención: un arenal enorme rodeado de acantilados verdes, con mar abierto y olas que invitan a surfear o simplemente contemplar.
Consejos para Visitar las Playas de las Rías Baixas
Mejor Época para Visitar
Temporada alta
(junio-septiembre)
Ventajas: Temperaturas cálidas, todos los servicios abiertos, ambiente animado
Desventajas: Multitudes, precios más altos, dificultad para encontrar alojamiento
Temporada media
(abril-mayo, octubre)
Ventajas: Menos multitudes, precios moderados, paisajes hermosos
Desventajas: Tiempo variable, algunos servicios cerrados
Temporada baja
(noviembre-marzo)
Ventajas:Soledad absoluta, precios bajos, experiencia auténtica.
Desventajas: Clima frío, servicios limitados, mar agitado
Consejos para disfrutar como un local
Combina playa y gastronomía: no hay nada mejor que un día de mar y terminar comiendo marisco o pulpo en un chiringuito local.
Madruga: las primeras horas del día son mágicas y casi siempre tendrás la playa para ti.
Respeta el entorno: muchas playas están en zonas protegidas; no dejes basura y cuida las dunas.
Prepárate para el agua fresca: el Atlántico aquí es cristalino, pero frío.
Explora fuera del verano: en primavera y otoño estas playas son aún más especiales.
Dónde comer y qué hacer después de la playa
Un secreto bien guardado de las Rías Baixas es que cada playa tiene un pueblo cerca donde el mar se come en el plato. Después de un día de arena y sol, nada como acercarse a un puerto pesquero y pedir:
- Almejas a la marinera en Cambados.
- Pulpo á feira en O Carballiño (aunque esté algo más al interior).
- Navajas en A Illa de Arousa.
- Ostras frescas en el Mercado de la Piedra en Vigo.
- cigalas: en Marín
Y si aún te queda energía, pasea por el Casco Vello de Vigo, el puerto de Combarro o los miradores de la ría de Arousa al atardecer.
Planes para el atardecer
Cuando el sol empieza a caer, las Rías Baixas se transforman. El cielo se tiñe de colores imposibles y el ambiente se llena de calma. Aquí van algunos planes que los locales adoramos:
- Pasear por puertos marineros como Combarro, con sus hórreos al borde del mar y bares de tapas frente a las barquitas de colores.
- Subir a un mirador: Mi favorito es el de A Siradella (O Grove), desde donde ves toda la ría de Arousa y la playa de A Lanzada.
- Ruta de faros en Cabo Home o en las islas Ons ideales para terminar el día con un horizonte infinito frente a ti.
- Degustar un Albariño al atardecer en alguna bodega de Rías Baixas, entre viñedos que llegan casi hasta el mar.
- fiestas de verano: durante todo el verano encontrarás en la mayoria de pueblos verbenas con música y buen ambiente.
El Atlántico que te roba el corazón
Decir que las playas de las Rías Baixas son bonitas es quedarse corto. Son lugares que se sienten, que huelen a salitre, que suenan a mar y que se guardan en la memoria para siempre.
Quizá vengas buscando solo arena y sol, pero te vas a llevar mucho más: la calma de pasear por un pinar al borde del mar, el sabor del marisco recién cogido, la sensación de perderte por carreteras estrechas que terminan en un horizonte azul infinito.
Las Rías Baixas no se visitan, se viven. Y cuando las vives, siempre quieres volver.









